Y tú, ¿qué marca eres? - reseña crítica

Descubre todas las herramientas que necesitas para definir tu propia marca y gestionar tu visibilidad. En un mundo cada vez más competitivo, debes definir una identidad clara para destacarte sobre todos los demás. Aprende a distinguir tus mejores aptitudes y valores para posicionarte en los primeros puestos del mercado, ¡tú puedes ser la marca elegida!

La diferenciación como estrategia profesional

La marca comercial está signada por su diferenciación. Ya sea una empresa, una persona, un servicio, cada marca posee valores y diferenciales que la hacen competitiva. Así se constituye la marca personal: mostrar tus valores es un punto de supervivencia. Esto te permitirá entenderte mejor a tí mismo, mejorar tu autoconfianza, aumentar la visibilidad, diferenciarte, mejorar la retribución, sobrevivir en tiempos de crisis, explorar áreas nuevas y acceder a mejores lugares.

En una cultura occidental, donde el individuo pasó a ser el centro, el éxito profesional depende del desarrollo de la marca personal. Los mercados son espacios donde cada vez hay más concurrencia. ¿A cuántas personas conoces que prestan los mismos servicios que tú? Y la pregunta clave: ¿en qué te diferencias de ellas? No se trata de ser mejor que el resto: se trata de sacar partido de aquellos valores propios que te distinguen.

Las marcas valen millones y a veces las marcas son las mismas personas que las representan. No es lo mismo la marca personal (los valores que percibe) que su reputación (lo que otros piensan de). Tú puedes controlar tu marca, pero tu reputación te excede. Lo mejor que puedes hacer es pensar una comunicación influyente. Para eso debes:

• Definir tu marca personal: qué valores te singularizan.
• Fijar los objetivos personales que quieres lograr a través de tu marca.
• Establecer tu público objetivo.
• Posicionar tu marca: conocer la reputación actual y planificar acciones para mejorarla.
• Comunicar tu propuesta al público de manera asertiva.
• Revisar la evolución de tus acciones y reajustar periódicamente la comunicación en función de sus resultados.

Cómo construir tu marca personal

El primer paso en la construcción de un plan de marca personal consiste en conocer la propia marca, identificar cuáles son nuestros rasgos distintivos, nuestros atributos y competencias personales. El profesional del marketing trabaja con lo que tiene para sacar su mejor versión posible. 

Para un plan de negocios exitoso es fundamental tener clara la visión y la misión empresarial. Antes de hablar de cuentas de resultados o de recursos, el empresario se plantea cuál es su contribución estratégica a la sociedad y al mercado en los que opera. Con esta misma pregunta se inicia el recorrido hacia la construcción de tu marca personal.

• Visión: refleja tu mirada sobre el mundo, ¿qué es lo que de verdad te importa?.
• Misión: describe tu contribución al mundo y define tus objetivos, ¿cómo quieres ser recordado? ¿Cuál será tu legado?
• Atributos: tus cualidades, conocimientos, habilidades y actitudes. Aquí subyace la clave de la diferenciación.
• Competencias: conjunto de conocimientos, habilidades, disposiciones y conductas que te permiten la realización exitosa de una actividad, ¿cuáles son tus fortalezas?
• Objetivos: definir tu meta, la guía en tu marca. Tus objetivos deben motivarte, formúlalos en positivo, aprópiatelos. Deben ser realistas y mensurables.
• Recordatorios: genera espacios para que las ideas se materialicen, anótalas en un papel o agenda para tener tus metas siempre visibles.

El proceso de identificación y comunicación de la propia marca no termina nunca. Si tú evolucionas como persona, tu marca lo hará contigo. Para ello, es necesario que, periódicamente, vuelvas a plantearte las preguntas que hemos visto en estas páginas. Compáralas con resultados anteriores, busca las ocho diferencias, pregúntate en qué has cambiado, cómo has mejorado y qué metas has logrado. Y continúa trazando tu camino. 

Identidad y reputación en la era digital

La reputación es una mirada externa sobre tu marca, una opinión vinculada a su prestigio. Las personas, como las marcas, se posicionan en la sociedad y este posicionamiento se basa en dos pilares: la visión que tienes de tí mismo y la reputación (lo que ven los demás de tí). Para analizar tu reputación debes seguir tres pasos: conocerla, influenciarla y generarla.

Para tener una reputación, el requisito previo es ser visible. Si no te ven, no eres. Y sólo si eres visible puedes ser rentable. Internet permitió democratizar esta fase: nunca antes tantas personas habían podido comunicarse superando barreras espaciales y temporales. Las redes sociales multiplican los canales de difusión de manera exponencial, internet volvió “googleable” a cualquier persona o empresa. Está en tus manos qué haces con esa posibilidad o ese riesgo.

Las nuevas herramientas digitales ponen a disposición de los internautas información de todo tipo, relacionada con las empresas pero también con las personas mismas. Monitorizar la propia reputación es el primer paso para poder gestionarla. Realiza un egosurfing para visualizar qué información ve tu audiencia sobre tí y tu marca en internet y en las redes sociales. 

A partir de ese monitoreo, realiza un análisis estadístico y un diagnóstico. Fíjate en qué contenidos sobre ti o tu marca generan más tráfico, qué formatos funcionan para cada página y a qué público llegas. Los resultados que el ejercicio de egosurfing arroje deben incitarnos a la reflexión en dos sentidos: ¿qué no dice la Red de mí que debería decir? Y, ¿qué dice de mí la Red que no debería decir?

Arthur Page desarrolló un ranking de 7 principios para tener una reputación siendo honesto con tu identidad: di la verdad, demuéstrala con hechos, escucha a tu cliente, gestiona pensando en el futuro, efectúa tus relaciones públicas como si toda tu empresa dependiera de ellas, comprende que son los empleados quienes expresan la naturaleza de la empresa y mantén la calma y el buen humor.

Identidad digital, marca personal

La identidad es el conjunto de rasgos que te caracteriza y, a la vez, la conciencia que tienes de tu propia individualidad, es decir, de ese conjunto de rasgos específicos que te hace ser singular. Identidad es ser quien eres y saberlo.

Ya no existe una única respuesta para la pregunta que da título a este libro. Al moverse en distintos planos (el virtual y el real), se vive de manera ramificada. Esto incide en tu identidad, que se manifiesta de forma más caleidoscópica.

La diferenciación entre lo que sucede en la red (online) y lo que sucede fuera de ella (offline) es una separación cada vez más artificial. La comunicación que se establece con otras personas es real, con independencia del formato escogido. Sin embargo, la red presenta ciertas características que inciden en cada marca personal.

Internet es una fuente estratégica de información y de contactos. Es también un espejo donde se refleja tu marca personal. Conviene que entiendas cómo funcionan las interacciones en la red, cuáles son los retos, las ventajas y los inconvenientes de tu proyección online. Una vez comprendidos los fundamentos, te resultará más sencillo optimizar tu presencia digital.

La primera consideración que debes plantearte es que en el ciberespacio te muestras en función de la interacción con el otro. Eres según te comunicas. En este ciberespacio se adoptan distintas identidades y roles. A medida que la vida se desarrolla cada vez más online, la identidad digital es cada vez más relevante en la construcción de la marca personal. La identidad digital debe alinearse con tus valores y objetivos profesionales. 

Networking

“Hacer networking” es una expresión de uso cada vez más frecuente. Significa “red” y describe un entramado de intereses y contactos entre personas, organizaciones, empresas o marcas afines. Networking se refiere, pues, a “construir” esa red de contactos de cada uno, que va más allá de los amigos: la forman aquellas personas del entorno personal y profesional con las que compartes experiencias, intereses, u otros contactos.

En lo que a la marca personal se refiere, esta red es la herramienta de marketing más importante que tienes. Sirve para identificar oportunidades profesionales, aprender de otras experiencias, actualizar tus conocimientos y ampliar tus contactos .

A diferencia del “equipo” (donde la composición y las reglas de juego están establecidas y son propias), el network o red de contactos es informal y funciona de manera menos estructurada. Cuenta más la intención que el entorno. La esencia del networking es la creación de oportunidades dentro de la red y para ello debes estar atento.

Aquí la palabra clave es “creación”, no “obtención”. Las redes de cada uno crecen gracias a las aportaciones de todos los contactos. Hoy en día es mucho mayor el valor del compartir y crear en conjunto que de la propiedad. Tienes un lugar en la red de otros, si su red crece, la tuya también. Se trata de lo que puedes hacer por el otro y por ti.

En el buen networker, la curiosidad prima sobre el cálculo y el agradecimiento/reconocimiento sobre los celos. Por cierto, fingir que el otro te interesa no vale. Debes interesarte realmente, practicar la escucha activa y compartir información relevante.

Redes sociales

Hoy en día, los mercados son conversaciones e internet es la mayor conversación de la historia. Los mercados no son más que conversaciones en red, las redes sociales te permiten entender por qué determinados mensajes se propagan más y con más rapidez que otros, por qué algunas personas son más influyentes que otras, por qué determinados sitios web reciben más visitas que otros.

Todos estamos conectados, ya sea por tu propia red, por la red de otro o de otro más. Estudios posteriores probaron que el azar no explica las desigualdades en el seno de una red (por qué un nodo tiene más contactos que otro). Son los conectores, esos perfiles que obtienen y mantienen un número de contactos sociales muy superior a la media.

Para que una red social sea eficiente en la construcción de nuestra marca personal necesitas una metodología, que requiere:

• Seleccionar a qué redes perteneces: especialízate en tu público, conoce sus intereses, ofrece soluciones e informaciones asertivas.
• Publicar un perfil adecuado a mi marca: arma tus redes sociales en función de tu mensaje, tus valores, tus objetivos y tus redes.
• Definir tu estrategia: ¿quiero ser popular o relevante? Lo popular es efímero, en tanto lo relevante deja una huella, pero eso requiere un arduo trabajo y planificación a futuro.
• Identificar con qué profesionales te gustaría contar en tu red y cómo puedes acercarte a ellos. Eso también es estrategia, desafío y planificación.
• Valorar y responder a las invitaciones que te hacen otros profesionales para alimentar tu red.

El motor de tu emprendimiento

Existe un triángulo conceptual clave para avanzar hacia el éxito y cumplir tus objetivos: la motivación, el miedo y la creatividad. 

Motivación

Nadie ni nada externo podrá motivarte, excepto tú mismo. El entorno puede favorecer esas inquietudes, despertarlas y animarte a emprender, pero la decisión última de apostar es tuya. Pregúntate cuáles son los impulsos que te mueven a emprender y recuerda que tú puedes hacerlo. Debes practicar y eso, además de constancia, requiere un método. Toda tarea se puede mejorar, el cambio de actitud es un poderoso motor del cambio interior. No hay talento que supere la disciplina, la motivación y la constancia.

Miedo

El miedo es el freno más potente. Constituye un instinto básico para la supervivencia, pero también resulta dañino en dosis altas o permanentes, porque te bloquea. Si es cierto que el talento puede desarrollarse, ¿qué te frena? ¿El miedo? Cada quien tiene su propia lista de miedos, pero superarse es un reto posible con la imaginación.

Creatividad

Aplicar la combinación de lo novedoso y lo valioso es fundamental para encontrar soluciones creativas que aporten valor a un grupo social. La creatividad resulta una capacidad cada vez más valorada en el mundo de los negocios y los emprendedores. Para hacer crecer la creatividad es preciso vencer al miedo. 

Notas finales

Si consideramos que las marcas personales son tan originales y específicas como personas hay en este mundo, no hay límite para crear y crecer. Plantéate objetivos claros y llena tu marca con tus propios valores e identidad; sólo así podrás vencer al miedo y alcanzar el éxito. Este mundo se abre a nuevas oportunidades, ¡emprende tus sueños!

Consejo de 12min

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